Con solo mirar un mapa podemos darnos cuenta de que Dinamarca no es una isla completamente, pero casi… La parte europea de Dinamarca (recordemos que el reino de Dinamarca engloba todos los territorios, ínclitas las Islas Feroe y Groenlandia) esta constituida principalmente por tres partes. Jutlandia, que es la conectada al continente, la isla de Fionia y la isla se Sealand. En esta última es donde se encuentra la capital, Copenhague.
También es reseñable que en ningún punto del país el mar queda a mas de 50 kilómetros, de manera que históricamente siempre ha estado abocada al mar y muchas de sus principales ciudades tienen salida natural a este. También muchas de estas ciudades cuentan, a la vez, con lagos naturales y artificiales y desde luego Copenhague no es la excepción.
La capital del país cuenta con numerosos canales naturales, islas dentro de la propia ciudad y lagos tanto en su periferia como en algunos parques y el centro de la ciudad. Pero sí hablamos de Copenhague y hablamos de lagos no podemos dejar de hablar de los más grandes y famosos.
Estos están situados en el mismísimo corazón de la ciudad y en un alarde increíble de originalidad a estos lagos se les llama… Los Lagos.
Este gran lago de forma rectangular está dividido en cinco secciones que están delimitadas por los puentes que lo cruzan. En el sitio donde se encuentran actualmente había, hace muchos siglos, un riachuelo que, en la edad media, fue reconducido y embalsado con una presa.
A principios del siglo 18 se limpió el fondo de la presa y se escavó para ampliarla, dándoles la forma que tienen actualmente. Mucha de la tierra y piedras que se fueron quitando a lo largo de los años se ha utilizado para diferentes construcciones que hay por toda la ciudad, como la fortaleza de Kastellet con su inconfundible forma en estrella.
Tanto el lago como sus orillas son uno de los puntos de la ciudad preferidos por los locales para disfrutar de actividades al aire libre los días que hace buen tiempo (que recordemos que no abundan precisamente aquí).
Desde alquilar un pato acuático, hacer footing o comer en alguno de los puestos callejeros que ponen habitualmente en sus orillas hay muchas actividades que se pueden realizar y, sin ninguna duda, es uno de los sitios que siempre recomendamos cuando se visita el país de los vikingos y las sirenas.
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