Para aprovechar al máximo tu viaje a Copenhague, asegúrate de descargar una guía de viaje completa. Puedes utilizar esta guía para navegar fácilmente por la ciudad, que incluye información sobre los distintos puntos de interés, incluidos los palacios o el barrio de “las casas de colores” además de diferentes restaurantes, museos, bares…
Cuando planees tu viaje a Copenhague, asegúrate de llevar ropa de andar y un mapa que te ayude a navegar por la ciudad.
El transporte público es una forma cómoda y asequible de moverse por Copenhague. Tanto los trenes como los metros funcionan las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. El metro cuesta unos pocos euros y tarda entre 15 y 20 minutos de una punta a otra de la ciudad. Además, puedes pagar en efectivo o con tarjeta de crédito. Para tu comodidad, hay muchos aparcamientos en la ciudad. También puedes alquilar un coche y conducir hasta tu destino o volverte un danés de verdad por unos días y alquilar una bicicleta para moverte por toda la ciudad.
Si eres aficionado a la historia, quizá te interese la trágica historia de la escultura conocida como La Sirenita. Esta estatua fue diseñada por el artista danés Edvard Eriksen en honor a la difunta bailarina Ellen Price. Eriksen utilizó un modelo de la escultura para completar la estatua. Mientras estés allí, asegúrate de comprobar qué significa Sirenita.
Un viaje a Copenhague se disfruta mejor durante los meses de verano, aunque en invierno es más “auténtico”. En verano la ciudad recibe mucha luz solar, lo que hace que las actividades al aire libre sean pan comido. La ciudad está llena de atracciones y paisajes interesantes. Puedes pasar un buen día con tu familia o compañeros de viaje disfrutando de los numerosos y famosos parques de Copenhague. El clima de la ciudad también es agradable en invierno para los amantes de la lluvia, aunque las temperaturas pueden llegar a ser muy bajas.