Es sin duda una de las tecnologías más presentes en nuestras vidas, ¿pero qué tiene que ver esta tecnología con el rey vikingo del siglo X?. Echando un vistazo a la fecha de la creación del Bluetooth (1996) y a la de la muerte del rey (986) podríamos pensar en cierta asociación pero nada más lejos.
‘Bluetooth’ es una versión anglicana de ‘Blåtand’, nombre con el que se conocía a Harald Gormsson (Harald Blåtand), que solo vivió 50 años, del 936 al 986 d.C, pero su vida estuvo salpicada de grandes gestas. Fue rey de Dinamarca aproximadamente desde el año 958 hasta su muerte, y rey de Noruega a partir de 970. Harald no es que fuese precisamente el prototipo de hombre nórdico, la gente lo llamaba ‘Blåtand’, ‘Blå’ por su piel morena y pelo oscuro, y ‘tand’ que significa gran hombre. Al traducirlo al inglés, ‘Blåtand’ se interpretó como Bluetooth (diente azul), aunque también cuentan que ese nombre se le atribuyó por haber padecido la eritroblastosis fetal, enfermedad que habría hecho que alguno de sus dientes tuviera un color azulado.
El caso es que Harald fue un monarca que marcó un punto de inflexión por tres motivos: en primer lugar, unificó las diferentes facciones y territorios daneses bajo su mandato. En segundo lugar, fue el primer rey danés en conquistar Noruega, lo que traería importantes consecuencias históricas. Y en último lugar, fue el mandatario que ayudó a que el cristianismo se asentase en Escandinavia. No impuso esta nueva religión, pero facilitó que conviviera con los diversos dioses de las creencias nórdicas. Murió en el año 986 y se encuentra enterrado en la Catedral de Roskilde.
Entre los líderes de la industria informática que se reunieron en 1996 para estandarizar la tecnología de conectividad por onda corta se encontraba Jim Kardash, de la empresa Intel, que ya estaba trabajando en una tecnología parecida para conectar móviles y ordenadores. Junto con Ericsson, Siemens y Nokia empezaron a trabajar en un sistema que permitiera conectar auriculares sin cables a dispositivos de todo tipo. Nils Rydbeck, director de tecnología, y Johan Ullman, ingeniero de la empresa, de Ericsson, fueron los principales responsables del proyecto.
Aquí es donde entra en juego Jim Kardach; por aquel entonces, el ingeniero estaba leyendo la novela ‘The Long Ships’, escrita por Frans G. Bengtsson que gira en torno a la tensa situación política durante el reinado de cierto rey con los dientes azules. Así fue como Kardach estableció una conexión rápidamente: del mismo modo que Blåtand quería unificar al pueblo danés, la tecnología en la que trabajaban iba a unir a todos los teléfonos del mundo por un mismo estándar. Relacionando más ambas situaciones, se diseñó el logotipo utilizando las iniciales del nombre del rey representadas en el alfabeto rúnico: la H y la B.